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Anna Turon

Dietista y Coach Nutricional

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Anna Turón

¿Por qué me autosaboteo cuando lo que más deseo es adelgazar?

29/01/2024 by Anna Turon Deja un comentario

Estás muy ocupada o te falta tiempo para preparar una comida saludable así que decides pedir comida rápida demasiado a menudo.

Te justificas diciendo que un día es un día y comes impulsivamente hasta sentirte desagradablemente llena.

Has tenido un día desastroso en el trabajo y necesitas unas galletas para reconfortarte pero te acabas comiendo el paquete entero.

El viernes te has saltado la dieta así que abres la veda todo el fin de semana porque ya empezarás de nuevo el lunes.

¿Te suenan estas situaciones cuando estás a dieta?

Quieres una cosa y terminas haciendo otra. Te propones algo y al poco tiempo renuncias. Siempre encuentras una excusa para no hacer lo que debes.

No entiendes por qué te autosaboteas si lo que más quieres en este mundo es adelgazar.

¿Qué es el Autosabotaje Mental?

El autosabotaje mental es una especie de contradicción interna que te hace sentir incapaz de tener el control de tu vida, que lastima tu autoestima y supone un gran obstáculo a la hora de adelgazar.

El comportamiento saboteador se manifiesta con pensamientos derrotistas, negativos, con dudas y falta de confianza en la capacidad de lograrlo, mediante creencias limitantes que interfieren en tu voluntad y con tendencia a ceder frente a impulsos relacionados con la comida.

¿Qué es lo que nos mueve a actuar de esa manera?

En general, lo que rige nuestro comportamiento es la búsqueda constante de satisfacción y bienestar y la evitación de aquello que nos ocasiona sufrimiento, malestar o incomodidad. El comportamiento autosaboteador también se mueve por lo mismo y su resultado es cortoplacista, algo que tiene un poder enorme frente a los beneficios a largo plazo de otro tipo de acciones encaminadas hacia un estilo de vida saludable.

Por tanto, el primer paso debería ser abandonar la mentalidad de dieta entendida como algo restrictivo, que nos priva y ocasiona molestia y abrazar un enfoque más equilibrado y positivo en pro de nuestra salud, que al fin y al cabo es nuestro bien más preciado.

El autoboicot es un proceso complejo que condena a la persona a cancelar constantemente sus intenciones y planes para mejorar su peso, su salud o su estilo de vida. Entender de dónde nace este comportamiento te ayudará a poder gestionarlo adecuadamente y obtener tu fin.

¿De dónde surge el comportamiento autosaboteador?

El comportamiento autoboicoteador en dietas se refiere a acciones conscientes o inconscientes que obstaculizan el progreso hacia objetivos alimenticios y de salud. Identificar y abordar estos patrones es crucial para lograr un cambio sostenible.

Su origen podemos situarlo en:

  • Nuestra parte impulsiva. Nos hace buscar la gratificación inmediata, caer en tentaciones, evitar la incomodidad, gestionar mal las emociones y desconectarnos de las razones por las que hemos decidido adelgazar.
  • Una rigidez excesiva. Cuando las expectativas son muy elevadas o poco realistas o tenemos autoexigencia muy grande, cuando buscamos constantemente la perfección o nos sometemos a restricciones excesivas.
  • Nuestras creencias limitantes. Miedos sobreprotectores que nos bloquean, pensamientos negativos ilógicos, creencias limitantes irracionales, baja autoestima, abstracción selectiva de los detalles negativos, etiquetarnos desfavorablemente, dudar de nuestra capacidad.

¿Cómo manejar el autosabotaje?

El abordaje en cada una de estas áreas sería el siguiente:

  • Parte impulsiva: Trabajando la paciencia, aprendiendo a gestionar mejor nuestras emociones, creando hábitos con constancia y perseverancia, exponiéndonos a pequeñas incomodidades, aplicando autodisciplina amorosa, crear un plan adecuado para no dejar lugar a la improvisación, no desconectarte de las razones detrás de la decisión de hacer dieta.
  • Rigidez excesiva: Crear expectativas realistas y asequibles, no caer en imperativos categóricos de todo o nada, comprender que los pequeños avances diarios nos pueden llevar muy lejos, entender los contratiempos como parte del proceso, no hacer comparaciones.
  • Creencias limitantes: Analizar nuestro dialogo interno, observar como nos hablamos, cambiar las creencias limitantes por otras potenciadoras, racionalizar pensamientos negativos, dar importancia a lo positivo y a nuestros pequeños logros, no sacar conclusiones ilógicas sin cuestionar, no exagerar o magnificar lo menos positivo.

Conclusión

Entender y abordar las causas subyacentes al autosabotaje es crucial para tener éxito en la pérdida de peso y evitar el ciclo negativo de intento-desaliento constante en el que cae la persona que puede erosionar la autoestima, haciendo que se sienta incapaz, menos valiosa y culpable de no cumplir con las metas establecidas.

En lugar de atribuir la dificultad a la “falta de fuerza de voluntad” puede ser útil explorar estos diferentes aspectos y considerar enfoques más holísticos, buscar apoyo profesional que te ayude a adoptar cambios graduales en tu estilo de vida y estrategias efectivas para la gestión más saludable de las emociones.

¿Reconoces en ti el autosabotaje? ¿Te sientes presa de él? Te leo en comentarios.

Espero haberte ayudado 💜

Publicado en: Anna Turón, coaching nutricional, emociones, Salud emocional Etiquetado como: abandonardieta, Coachingnutricional, coachnutricional, perderpeso

Cómo la resistencia a la insulina puede estar saboteando tu pérdida de peso

15/11/2023 by Anna Turon Deja un comentario

La resistencia a la insulina hace que tu páncreas se vea forzado a bombear más insulina. Tener niveles de insulina altos favorece el almacenamiento de grasa y bloquea su oxidación. Por tanto, ser resistente a la insulina puede estar saboteando tus esfuerzos para adelgazar.

Veamos por qué ocurre y qué podemos hacer al respecto…

Qué es la insulina

Es una hormona segregada por el páncreas que le indica a las células que deben dejar entrar a la glucosa que proviene de los alimentos ingeridos, para convertirla en energía y ser usada como combustible.

Otra función importante de la insulina es regular el almacenamiento de grasa. Cuando la insulina está baja permite al cuerpo sacar la grasa almacenada y usarla como energía. Si la insulina está alta, será debido aun exceso de glucosa que no ha podido usarse como combustible, ni almacenarse en las células musculares y hepáticas, entonces será almacenada como grasa corporal.

Qué es la resistencia a la insulina

Ocurre cuando las células del cuerpo no responden eficazmente a la señal de la insulina, son incapaces de recibir y usar la glucosa, por tanto, se acumula en sangre. Como resultado, el páncreas se verá exigido a segregar mayor cantidad de insulina para lograr forzar esa entrada de la glucosa en las células. Pero la consecuencia nefasta de más insulina es que las células se vuelven más y más resistentes, creándose un círculo vicioso.

Causas de la resistencia a la insulina

Los factores que pueden conducir al desarrollo de resistencia a la insulina son genéticos, hormonales y de estilo de vida:

  1. Obesidad. El exceso de grasa, en especial alrededor del abdomen, contribuyen a la resistencia a la insulina.
  2. Falta de actividad física. La falta de actividad física afecta negativamente la sensibilidad frente a la insulina.
  3. Genética. La predisposición genética desempeña un riesgo sobre el desarrollo de la resistencia a la insulina aunque no es determinante.
  4. Envejecimiento. Con la pérdida de efectividad de algunos procesos corporales propia de la edad, algunas personas pueden ser más propensas a sufrir resistencia a la insulina.
  5. Hormonas. Los cambios hormonales, como los asociados a la menopausia, influyen al desarrollo de esta condición.
  6. Inflamación. Las citoquinas inflamatorias interfieren en la señalización de la insulina.

Comprender y abordar estos factores puede ser crucial para prevenir y tratar la resistencia a la insulina y sus peligrosas consecuencias.

Consecuencias para la salud

A la larga, ser resistente a la insulina puede conducir a desarrollar prediabetes, diabetes tipo 2, SOP, obesidad, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, hipertensión arterial, un mayor riesgo de algunos cánceres, Alzheimer, trastornos de salud mental y otros trastornos crónicos de salud.

Síntomas que te pueden indicar resistencia a la insulina

Hay síntomas a los que podemos, y deberíamos, prestar atención para sospechar que tenemos resistencia a la insulina:

  • Aumento de peso
  • Aumento grasa abdominal, cintura de más de 100cm en hombres y 90cm en mujeres
  • Dificultad para la pérdida de peso
  • Hambre y sed constante
  • Cansancio
  • Piel oscurecida en la axila, ingles o parte posterior y/o lado del cuello
  • Verruguitas en cuello y axias
  • Micción frecuente
  • Sensación de hormigueo en manos o pies
  • Infecciones recurrentes

En una analítica de sangre deberíamos fijarnos en los siguientes parámetros y rangos:

  • Presión arterial de 130 sobre 80 o superior
  • Nivel de glucosa en ayunas de 100mg o superior
  • Nivel de glucosa en sangre de 140mg por decilitro o superior después de la prueba de carga de glucosa
  • Nivel hemoglobina glucosilada A1c del 5.7% al 6,3%
  • Triglicéridos superior a 150mg/dl
  • Nivel colesterol de lipoproteínas de alta densidad inferior a 40mg/dl en hombres y 50mg/dl en mujeres

Cómo se diagnostica

Lo que se suele pedir es una prueba hemoglobina glucosilada A1c. Es decir, la prueba para determinar la diabetes que miden la glucosa en sangre en ayunas. El problema es que para cuando esta pruebe muestre valores fuera de rango de normalidad, significará que la resistencia a la insulina lleva mucho tiempo instalada.

Las 2 principales pruebas que se recomiendan son:

  • Insulina en ayunas y triglicéridos en ayunas, esta combinación al alza es probable que indique resistencia a la insulina.
  • HOMAR_IR  para evaluar glucemia e insulina en ayunas.

Si logramos identificar la resistencia a la insulina con prontitud, podemos revertir y prevenir las enfermedades metabólicas y sus perjudiciales consecuencias.

Afecciones relacionadas con la resistencia a la insulina

  1. Obesidad. Mantiene una relación bidireccional con la resistencia a la insulina
  2. Diabetes gestacional. Los niveles de azúcar en sangre aumentan durante el embarazo y en ocasiones las células pueden volverse menos sensibles a la insulina.
  3. Síndrome Metabólico. La resistencia a la insulina contribuye al desarrollo del síndrome metabólico al desencadenar desequilibrios en el metabolismo de la glucosa.
  4. Prediabetes. Con el tiempo el cuerpo puede perder la capacidad de producir suficiente insulina para compensar la resistencia, lo que contribuye al desarrollo de la prediabetes.
  5. SOP. El SOP puede aumentar la resistencia a la insulina y la resistencia a la insulina puede exacerbar los síntomas del SOP.
  6. Hígado graso no alcohólico. Cuando las células son resistentes a la insulina puede aumentar el almacenamiento de grasa en el hígado.
  7. Enfermedades cardiovasculares. La inflamación, hipertensión arterial, aumento de triglicéridos, entre otros factores, propios de la resistencia a la insulina, aumentan el riesgo de problemas cardiovasculares.
  8. Resistencia adaptativa a la insulina. Propia de dietas muy bajas en carbohidratos muy prolongadas
  9. Alzheimer. Las células cerebrales se vuelven resistentes a la insulina y no pueden usar la glucosa eficientemente como combustible dejándolas sin energía.
  10. Cáncer. Niveles altos de insulina crónicos pueden propician el crecimiento de algunas células cancerosas.

Cómo se trata

El tratamiento de la resistencia a la insulina suele centrarse en cambios en el estilo de vida. Si te han diagnosticado resistencia a la insulina toma nota:

  • Alimentación. Combina una dieta baja en carbohidratos, alta en fibras soluble derivada de verduras (en especial de las que crecen por encima de la superficie), alta en grasas saludables (preferiblemente vegetales) y ayuno intermitente (que libera al páncreas de segregar insulina para compensar porque no entra azúcar en el torrente sanguíneo).
  • Actividad física. Los músculos queman glucosa para obtener energía, cuanto más te ejercitas más glucosa quemas y a su vez más músculo tienes, lo que aumenta la posibilidad de quemar más energía. Pero el ejercicio no puede contrarrestar una mala dieta, si tu alimentación es alta en azúcares y carbohidratos perderás parte de los beneficios del ejercicio para combatir la resistencia a la insulina. Incorpora ejercicio a tu día, principalmente aquel que desafía tus músculos.
  • Sueño. Privarse del sueño eleva los niveles de glucosa como intento de obtener alguna fuente de energía rápida para sobrellevar ese cansancio extra, lo cual ya sabemos que empeora la resistencia a la insulina. Trata los problemas de sueño que tengas adecuadamente.
  • Estrés. Ante una situación puntual de estrés aumenta la resistencia a la insulina con la finalidad disponer de más glucosa para hacer frente al desafío momentáneo, cuando la situación de tensión se acaba, la resistencia a la insulina acaba (es una ventaja evolutiva de la que nos beneficiamos). El problema es el estrés crónico y la activación de la resistencia a la insulina sostenida.

Pero curar la resistencia a la insulina no significa que puedas volver al estilo de vida, hábitos y dieta antiguos, porque la resistencia a la insulina volverá. Deberías garantizar una buena sensibilidad a la insulina para toda la vida.

Menopausia y resistencia a la insulina

La resistencia a la insulina suele ser común durante la menopausia y su desarrollo está interconectado a diversos factores metabólicos y hormonales:

  • Disminución de estrógenos. Los estrógenos ayudan a mejorar la eficacia de la insulina en el cuerpo y su disminución puede afectar negativamente esta sensibilidad.
  • Cambios en la distribución de la grasa. Una mayor acumulación de grasa en el área abdominal, propia de menopausia, aumenta el riesgo de resistencia a al insulina.
  • Envejecimiento. Con la edad la mayoría funciones de nuestro cuerpo pierden eficiencia, también la sensibilidad a la señal de la insulina.

La combinación de estos factores hace que las mujeres menopáusicas sean más propensas a la resistencia a la insulina, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y otros problemas metabólicos. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada y actividad física regular, puede ayudar a manejar estos riesgos.

En cuanto a la alimentación, prioriza una dieta baja en azúcares y carbohidratos refinados, rica en fibra (priorizando verduras y hortalizas y cereales integrales), añadiendo proteína suficiente (tiene un efecto mínimo sobre los niveles de glucosa) y grasas saludables (favorecen una digestión más lenta evitando picos de azúcar en sangre), controlando las porciones y raciones a lo largo del día para mantener niveles de azúcar en sangre estables y tratando de evitar fluctuaciones en tu insulina. Incluye también alimentos probióticos (su consumo mejora la sensibilidad a la insulina).

A parte de la alimentación, recuerda que tu nivel de actividad física y tu peso corporal son también aspectos importantes a tener en cuenta.

Conclusión

La resistencia a la insulina se «cura», bajando los niveles de glucosa e insulina con la dieta, mediante el ejercicio físico que mejora la sensibilidad a la insulina, con un buen manejo del estrés para evitar que el cortisol eleve la glucosa de manera crónica y garantizando un buen descanso nocturno.

Pero curar no significa que puedas volver al estilo de vida, hábitos y dieta antiguos, porque de hacerlo, la resistencia a la insulina volverá. Las intervenciones a corto plazo solo te ayudan en el momento. La sensibilidad a la insulina es un equilibrio que deberías mantener toda la vida, recobrando la flexibilidad metabólica de la que gozan las personas sanas y que les permite aumentar la cantidad de carbohidratos gradual o puntualmente y mantener los niveles de glucemia e insulina más o menos estables para no desencadenar un nuevo ciclo de resistencia a la insulina.

Realizar este proceso de recuperación no es sencillo y te aconsejo que vayas de la mano de un profesional de la salud para que te guíe de manera apropiada. Si sospechas que tienes resistencia a la insulina y quieres diagnosticarla o bien tienes la certeza y quieres empezar a tratarla, es crucial que no pierdas más tiempo y le pongas remedio para evitar consecuencias a largo plazo para tu salud y facilitar la pérdida de peso.

Espero haberte ayudado a despejar dudas y aportado mi granito de arena a tu salud.

Un abrazo 💜

Publicado en: Anna Turón, resistencia a la insulina, Salud emocional Etiquetado como: resistencia a la insulina

¿Son los edulcorantes mejores que el azúcar?

17/09/2023 by Anna Turon Deja un comentario

En la actualidad, ha aumentado el consumo de edulcorantes como resultado a la voluntad de mejorar hacia un estilo de vida más saludable de la población en general. Solemos recurrir a los edulcorantes pensando que son mejores que el azúcar y lo hacemos básicamente por dos motivos:

  1. Para reducir las calorías que ingerimos
  2. Para reducir el consumo de azúcar

Vaya por delante que el objetivo final no debería ser encontrarle un sustituto al azúcar sino dejar de necesitar endulzar y acostumbrarse al sabor natural de los alimentos reales, pero en ocasiones ello requiere ir paso a paso y los edulcorantes pueden ser buenos aliados si se usan como puente en esa transición.

Ciertamente, venimos de paladares altamente condicionados por intensísimos sabores dulces, ávidamente promocionados por la industria alimentaria que aprovecha cualquier ocasión para meter baza, sacando al mercado todo tipo de productos endulzados con edulcorantes bajo el reclamo de «saludable». Déjame decirte una cosa, los ultraprocesados sin azúcar no son mejores que los ultraprocesados con azúcar, ni son saludables, ni te permiten desengancharte del sabor dulce.

¿Qué son los edulcorantes?

Estoy convencida que sabrías mencionarme alguno de ellos: sacarina, aspartame, sucralosa, acesulfame K, ciclamato, stevia, sorbitol, xilitol, eritritol, etc… pero ¿sabes realmente qué es un edulcorante?

Es cualquier sustancia, natural o artificial, que sirve para aportar dulzor a un alimento, bebida o producto. Es un aditivo que añadimos por lo general a alimentos más ácidos o amargos para hacerlos más palatables. Algunos aportan calorías, otros son acalóricos, y su poder endulzante también varia de uno a otro. En comparación al azúcar, habitualmente aportan mayor dulzor y menos o ninguna energía.

Aunque la función principal de los edulcorantes es endulzar, también sirven para:

  • Fermentar panes
  • Dar cuerpo y volumen a algunos alimentos
  • Actuar como conservante en ciertos alimentos como mermeladas o conservas
  • Intensificar el sabor de carnes procesadas
  • Elaborar algunos medicamentos
  • Mejorar propiedades funcionales como punto de congelación, etc

Ahora que ya sabes lo que son los edulcorantes, veamos si son mejores o no que el azúcar. Para ello nos centraremos en términos de seguridad y salud.

¿Son inocuos los edulcorantes?

La UE regula el uso de aditivos alimentarios y decide cuáles son seguros y en qué cantidades. Por tanto, todos los edulcorantes autorizados son seguros en las cantidades normales de uso, pero atención porque seguro no significa necesariamente saludable:

  • Se han relacionado con alteraciones de la microbiota intestinal y dichas modificaciones pueden predisponer a ciertas patologías, malaabsorción, así como a malestares intestinales
  • Se asocia a desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes tipo 2. De hecho, la alteración de la microbiota se relaciona con a ganancia de peso
  • Mantenemos un umbral de dulzor demasiado alto rechazando sabores de alimentos reales
  • Desplazan a otros alimentos más nutritivos y saludables
  • Nos mantienen enganchados y dependientes del sabor dulce

Los edulcorantes o alimentos con edulcorantes son una arma de doble filo

Si bien la intención inicial es ganar en salud sustituyendo al azúcar, su uso habitual puede llegar a ser contraproducente.

De entrada, percibimos los edulcorantes como más saludables, por tanto, somos más permisivos respecto la cantidad que consumimos.

Por otro lado, el paladar se acostumbra a ese dulzor artificial intenso y nuestro cerebro rechaza el dulzor natural de los alimentos reales desperdiciando oportunidades de añadir nutrientes interesantes a nuestros platos.

Además, los edulcorantes artificiales también tienen impacto sobre el cerebro, y cualquier sustancia que sea capaz de estimular la dopamina y activar nuestro sistema de recompensa, es susceptible de convertirse en un hábito y por ende, en una adicción.

Pero ¿por qué ese amor a lo dulce?…

Lo dulce nos atrae

La pasión por lo dulce es algo puramente evolutivo, desde la leche materna, hasta los frutos silvestres que los antepasados cazadores/recolectores disfrutaban con fervor cuando los hallaban, proporcionaban dulzor, energía, nutrientes y seguridad. Seguridad porque los venenos no son precisamente dulces que digamos.

Por supuesto, hemos evolucionado pero venimos de ahí, el sabor dulce continua siendo reconfortante y en ocasiones nos dejamos atrapar por esa sensación cayendo en un consumo excesivo de alimentos dulces. El problema es añadir artificialmente dulzor a otros alimentos, más concentrado e intenso y sin nutrientes y desplazar el sabor dulce natural dentro de la matriz o estructura del propio alimento.

¿Cómo podemos endulzar de manera natural?

La manera más apropiada de endulzar es aportando dulzor y nutriente a la vez. Te ofrezco una serie de opciones para no usar ni edulcorantes ni azúcar en aquellos alimentos que te resulte imposible acostumbrarte de golpe o requieran un puntito de sabor extra:

  • Fruta: plátano, manzana, pera, piña, higos, caqui, sus compotas…
  • Fruta seca: dátiles, pasas, higos, arándanos, orejones…
  • Verduras dulces: calabaza, boniato, zanahoria, remolacha
  • Legumbres: garbanzos, azukis
  • Frutos secos: macadamia, anacardos, pistachos, sus cremas…
  • Especias: canela, anís estrellado, regaliz, vainilla

Como ves las alternativas son bien atractivas y suman salud a tus preparaciones, platos o alimentos. ¡Te aseguro que algunas combinaciones son realmente espectaculares!

Conclusión

Podrías usar los edulcorantes como puente mientras vas mejorando los hábitos de alimentación, como paso intermedio, mientras vas reeducando el paladar y aceptando el sabor natural de alimentos reales. Pero teniendo claro que no son sustitutos del azúcar. Usarlos exclusivamente en este proceso de reeducación, en alimentos especialmente ácidos o amargos en los que nos cuesta más acostumbrarnos de súbito.

En pocas palabras, de manera puntual, su consumo no supone un problema, pero tanto azúcar como edulcorantes, CUANTO MENOS, MEJOR.

Y si necesitas ayuda para hacer la transición y desengancharte de la necesidad de dulce, recuerda que puedes pedir ayuda y hacer el proceso más fácil.

Con dulzor 💜

Anna

Publicado en: alimentación, Anna Turón Etiquetado como: adelgazar, alimentacion saludable, dietista, habitossaludables, perderpeso, sinazucar edulcorantes

¿Comer fruta engorda?

13/06/2023 by Anna Turon Deja un comentario

No tenemos sobrepeso por el exceso de fruta precisamente, pero es cierto que la fruta a pesar de ser un alimento saludable, requiere cierta moderación en determinadas situaciones puntuales que más adelante te explicaré. La fruta es sana, el exceso de fructosa no.

Respecto a la fruta, curiosamente,  hay posiciones muy dispares:

  1. Hay quien la ama y al ser saludable come grandes cantidades de ella.
  2. Está quien le gusta pero como tiene azúcar no la come por miedo a engordar.
  3. A otros no les gusta y no comen nunca fruta.
  4. Y algunos la comen con responsabilidad y mesura.

Es precisamente a esta última postura a la que nos deberíamos aproximar, pero para ello, antes debemos tener la información necesaria para tomar nuestras propias decisiones al respecto, con buen criterio y haciendo uso del sentido común.

El riesgo surge por un consumo de azúcares excesivo, con un alto consumo de hidratos de carbono refinados, bajo consumo de proteínas, grasas saludables y fibra, junto a sedentarismo y niveles de estrés excesivos y crónicos.

Sabemos que consumir frutas de manera habitual forma parte de las recomendaciones principales de un estilo de vida saludable. Pero a veces caemos en el error de pensar que cuando algo es saludable, más es mejor, y no siempre es así.

Las frutas son ricas en vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes, agua y azúcares. Y es precisamente por ser ricas en azúcares que, en ocasiones, dispara las alertas poniéndolas bajo sospecha. Empezamos a evitarlas porque pensamos que nos harán engordar, dando lugar las siguientes consecuencias:

  1. Desplazamos su consumo a favor de otras cosas más pobres nutricionalmente ( postres lácteos azucarados, galletas light, …)
  2. Desperdiciamos una excelente oportunidad de beneficiarnos sus propiedades nutricionales.
  3. Alimentamos un miedo irracional a ciertos alimentos de la naturaleza que de per se, vienen “empaquetados” en dosis justas y apropiadas de azúcares naturales que nuestro organismo puede gestionar correctamente.

El azúcar de la fruta

Las frutas tienen dos tipos de azúcar: glucosa y fructosa, azúcares que nuestro cuerpo procesa de manera diferente:

  • Glucosa: el 80% va a las células para proveer energía, el 20% restante va al hígado, donde una parte será almacenado en el propio hígado y en los músculos como glucógeno y el resto se almacenará en forma de grasa corporal.
  • Fructosa: el 100% va al hígado porque no sirve como fuente energética a las células. Pero el hígado no lo puede almacenar como glucógeno así que lo exporta como grasa aumentando los triglicéridos y colesterol. Un exceso de fructosa también eleva el ácido úrico generando inflamación y reduciendo el óxido nítrico, que es necesario para la salud de las arterias.

Las consecuencias de un consumo excesivo de fructosa son hígado graso, inflamación, resistencia a la insulina, triglicéridos y colesterol alto, ácido úrico elevado, hipertensión arterial, enfermedad cardíaca, diabetes, riesgo metabólico…

El problema es el exceso de fructosa

El problema reside en el exceso de fructosa y podemos llegar a él por varias vías:

  • Consumo excesivo de ultraprocesados. Casi el 80% de los ultraprocesados contienen azúcar, cuya composición es 50% glucosa y 50% fructosa. Así pues, podemos estar consumiendo fructosa aunque no consumamos ni una fruta.
  • Consumo excesivo de fruta dentro de una mala alimentación, con exceso de carbohidratos refinados, con poca proteína y grasas saludables, sumado al sedentarismo y alto nivel de estrés.

La fruta es sana pero no en todos los contextos

Las frutas son sanas pero bajo un consumo responsable. Conviene moderar su consumo temporalmente como indicación terapéutica, ante ciertos problemas, patologías o circunstancias:

  1. Sobrepeso u obesidad
  2. Resistencia a la insulina
  3. Triglicéridos  y/o colesterol elevados
  4. Ácido úrico elevado
  5. Porcentaje grasa visceral elevado
  6. Hígado graso
  7. Intolerancia a la fructosa según sensibilidad
  8. Diabetes
  9. Hipertensión arterial
  10. Desequilibrio en el resto de la dieta, especialmente en cantidad de HC
  11. Problemas cardiovasculares

Sobra decir que, aparte de disminuir el consumo de fruta, lo primero que debemos hacer es eliminar los productos altamente procesados repletos de azúcar. Ese sería el primer paso para una buena recuperación. (En realidad, es el primer paso para cuidar y conservar tu salud en todos los contextos)

La fruta es sana pero no en cantidades desmesuradas

Un error muy común en el mundo de la alimentación saludable, es comer alimentos saludables pero sin ningún tipo de equilibrio. Todo debe estar en su justa proporción y también ocurre con la fruta, debemos hacer un consumo sensato de ella.

El cuerpo tiene la capacidad de procesar un determinado nivel de azúcar sin que eso suponga un daño para el organismo, el problema surge cuando saturamos el sistema por un consumo excesivo.

Pero, ¿cuánto es un consumo excesivo?

Es difícil determinar una cantidad fija a partir de la cual ya consideremos consumo inadecuado, cabe mencionar que existen otros factores relevantes como la edad, el peso corporal, el nivel de actividad física y situación de salud de cada uno, que podrían influir en esa cuantificación diaria.

Pero una recomendación generalizada de referencia sería 2-3 piezas al día para personas sanas, si esa persona tiene problemas metabólicos, 1 pieza al día sería suficiente, ambos casos acompañado de una alimentación saludable adecuada.

Conclusión

La fruta no es mala, el exceso de fructosa sí, venga de donde venga. Consumir exceso de fructosa hace aumentar los triglicéridos y tenerlos excesivamente elevados puede llevarte a subir de peso y/o dañar tu hígado.

Elimina primero la que proviene de ultraprocesados y luego, en función de tu situación, quizás tengas que moderar el consumo de fruta temporalmente.

No solo importa la cantidad sino la forma en la que la consumimos, ojo a los zumos donde se elimina la matriz fibrosa natural, a las mermeladas y compotas donde se añaden azúcares que le restan valor nutricional, atención a la fruta deshidratada donde el azúcar está concentrado… Opta por frutas frescas, de temporada, de proximidad y si puede ser ecológicas.

Respecto al peso, ganar o perder peso no es atribuible a un solo alimento, sino que hay que considerar la dieta en conjunto, no caigas en miedos infundados sobre determinados alimentos naturales nutricionalmente interesantes. Si esquivar la fruta te lleva a escoger otras opciones con peor perfil nutricional, como un postre azucarado, no tiene sentido alguno.

Espero haber despejado tus dudas sobre la fruta, ahora ya puedes hacer un consumo consciente y juicioso en función de tus circunstancias personales.

Si todavía te quedan interrogantes, escríbeme a info@annaturon.com

¡Será un placer ayudarte!

Con cariño 💜

Publicado en: alimentación, Anna Turón, Salud Etiquetado como: adelgazar, alimentacion saludable, bajar de peso, cambiodehabitos, dietista, perderpeso

Soja sí o soja no

26/04/2023 by Anna Turon 2 comentarios

Hay mucha confusión sobre si la soja es buena o no para la salud, y en especial para la salud femenina.

Arrojemos luz al tema poniendo sobre la mesa los mayores inconvenientes y beneficios, en base a las últimas evidencias científicas.

Inconvenientes

Una de las grandes desventajas es que se comercializa en forma de leche, yogures, nata, salsichas, hamburguesas, postres de soja….y estos son subproductos altamente procesados, habitualmente llenos de colorantes, aromas, espesantes y otras sustancias indeseadas que nada tienen que ver con la soja en estado natural. Los ultraprocesados, aunque contengan soja, no son beneficiosos nunca.

Otro inconveniente es que la soja es goitrógena, es decir, puede exacerbar la deficiencia de yodo, afectando a la tiroides. Por tanto, no estaría indicada en casos de hipotiroidismo y Hashimoto. Como dato interesante, las mujeres orientales, grandes consumidoras, suelen acompañarla con algas, que aportan gran cantidad de yodo para compensar.

Otro problema es que contiene ácido fítico y esto puede dificultar la absorción de algunos minerales, como el hierro, el magnesio, el calcio, zinc y el cobre. Pero tomar cantidades moderadas no debería suponer ningún dilema, además que con el remojo, fermentación, germinación y cocción de la soja reduce este antinutriente. 

La soja también contiene lectinas que dificultan la absorción de vitaminas como la A, B12, D y E. Pero un consumo moderado tampoco debe suponer ningún problema, siempre que no existia deficiencia previa.

Beneficios

La soja es una leguminosa rica en proteínas de alto valor biológico y por eso es una gran aliada en dietas veganas y vegetarianas, pero al tratarse de una legumbre puede resultar indigesta para algunas personas, algo que el remojo o fermentación puede aminorar. 

También es la legumbre con mayor contenido de isoflavonas, un grupo de fitoestrógenos, sustancias vegetales con una estructura similar a los estrógenos pero de acción más débil.

Y, precisamente esta propiedad, es la que genera mayor controversia sobre la idoneidad o no de su consumo. ¿Tiene efectos beneficiosos para mujeres en el climaterio y menopausia o todo lo contrario? 

Soja y menopausia

En la perimenopausia el nivel de estrógenos empieza a descender de manera natural y gradual. En esta etapa aportar fitoestrógenos, a través de la alimentación, y en especial isoflavonas de esta legumbre, puede tener un efecto positivo sobre los síntomas y problemas asociados a esta fase.

Interesante destacar varias cosas:

  1. Los fitoestrógenos tienen mayor biodisponibilidad, es  decir, son más fáciles de asimilar, cuando la soja está fermentada (tamari, shoyu, miso, nato, tempeh)
  2. La biodisponibilidad de los fitoestrógenos no fermentados depende de la flora intestinal y la capacidad de nuestra microbiota para fermentarla y degradarla.
  3. Los fitoestrógenos son adaptógenos, modulan la actividad del receptor de estrógenos, es decir, pueden tener efecto estrogénico o antiestrogénico y compiten por el receptor de estrógenos.  
  4. Tenemos dos tipos de receptores de estrógenos, alfa (efecto proliferativo) y beta (efecto protector).  Los ftoestrógenos son menos potentes que el estradiol para la activación tanto del RE-α como del RE-β, uniéndose preferentemente al RE-β 
  5. Respecto a la soja transgénica, en Europa se obliga a especificar en el etiquetado si el producto contiene algun tipo de transgénico, así que en ese sentido puedes estar tranquila. 
  6.  Se recomienda evitarla en casos de cáncer hormonodependiente y ante la toma de tamoxifeno, aunque existen pruebas consistentes sobre su ingesta y la no afectación al riesgo de recurrencia, pero se refieren a alimentos a base de soja, no a suplementos de isoflavonas de soja donde las concentraciones de isoflavonas son mucho más elevadas que en los alimentos (Artículo American Cancer Society)

Conclusión sobre si tomar soja o no

Las evidencias científicas indican que los beneficios de comer soja parecen superar cualquier riesgo potencial. En conclusión, su consumo moderado es seguro en personas sanas. Es preferible soja en versión fermentada y los no fermentados en su versión más tradicional y natural. ¡Olvídate de los ultraprocesados de soja!

Espero que estos datos te parezcan interesantes y despejen tus dudas sobre la soja. Y lo más importante, te ayuden a tomar tus propias decisiones sobre su consumo o no.

Si quieres saber cómo mejorar tu alimentación durante la menopausia y reducir sus síntomas, puedes agendar una cita conmigo.

¡Cuídate siempre lo mejor posible!

Un abrazo 💜

Publicado en: alimentación, Anna Turón, Salud

Lo que nadie te cuenta de bajar de peso rápido

07/02/2023 by Anna Turon Deja un comentario

Cuando te planteas adelgazar, sueles acudir a quien te promete bajar mucho peso lo más rápidamente posible.

Esto de entrada debería hacerte sospechar, pero entiendo que esa elección está promovida por la urgencia de aliviar el malestar (físico y emocional) que te generan los kilos de más.

Hasta aquí todo muy comprensible y lógico.

Pero quien te vende resultados rápidos no te cuenta que eso trae consecuencias y que acabarás pagando un alto precio a costa de tu salud. Obvian explicarte que  la solución mágica que te ofrecen como la panacea, lejos de solucionar el problema de peso, te causa otro mayor.

Mi objetivo es informarte de las consecuencias de escoger esas dietas exprés o altamente restrictivas que prometen grandes resultados en poco tiempo. Y lo hago por dos motivos.

El primero porque en consulta veo a diario las consecuencias físicas y psicológicas de ese tipo de prácticas, lo devastadoras que resultan.

Y en segundo lugar, para que la próxima vez que inicies un ciclo de dieta puedas escoger en base a información completa, no sesgada y tendenciosa.

No caigas en el déficit calórico excesivo

Si bien es necesario crear un déficit energético para perder grasa, este no debería ser agresivo, porque pone tu cuerpo en alerta. Las dietas rápidas suelen ser hipocalóricas en exceso.

Lo que no te cuentan es que cuando alargas ese déficit desmedido durante un tiempo (y encima no entrenas fuerza, no comes suficientes proteínas y haces mucho ejercicio aeróbico) estás obligando a tu organismo a realizar una adaptación metabólica.

Tu cuerpo es maravilloso y súper eficiente

Si hay menos energía, tu cuerpo tratará de hacer sus funciones gastando menos, (reduce NEAT) reduciendo la actividad de la tiroides (que es quien gestiona el presupuesto energético) y como no te estás nutriendo suficiente, reduce la leptina (hormona saciedad) para desatar tu hambre e inducirte a comer más.

Ante la escasa energía que recibes, el hambre constante que sientes, el mal humor que te acompaña a diario y el posible estancamiento que aparece con los días, tiras la toalla y abandones. Incrementando tu frustración y mermando tu autoestima creyendo que el problema es tu falta de voluntad.

El resultado de este proceso es que no has aprendido a comer saludablemente, sientes hambre incontrolable a todas horas y deseos de comer todo lo que te has estado privando. Así que acabas recuperando los antiguos hábitos de alimentación y los kilos perdidos (y alguno extra de regalo).

A cada nuevo intento de dieta mal planteada, tu punto de partida metabólico es peor que al inicio y sigue agravando la situación metabólica. Llegando a la situación desesperante de no adelgazar ni un gramo a pesar de comer poquísimo y engordar con solo oler la lechuga.

Metabolismo lento como resultado de bajar de peso rápido

Quizás te encuentres en esta situación exasperante, con un metabolismo lento como consecuencia de no haber hecho las cosas bien, pero no está todo perdido.

La buena noticia es que esta situación se puede revertir gradualmente. Y hago énfasis en lo de gradualmente, porque la mayoría de personas que vienen a consulta no entienden que eso toma su tiempo. Cuando les propones comer mas y mejor y les explicas que esto requiere tiempo y paciencia, se asustan y dejan de confiar en el método.

¡Pero es la única manera de adelgazar de manera saludable y definitiva! ¡Debes confiar!

Una mayor ingesta de energía, acompañada de mayor actividad física, es un regulador y recuperador eficaz del metabolismo, generando un ambiente hormonal más favorable en términos de salud y de composición corporal.

Espero haber cumplido mi objetivo y que hayas tomado conciencia del riesgo que acarrean las dietas agresivas. ¡Basta de dejarse deslumbrar por falsas promesas!

Si deseas recuperar tu metabolismo y que te guíe, te diré que he acompañado a muchas mujeres en tu misma situación y que se puede volver a disfrutar de la comida mientras te cuidas. No hay nada más satisfactorio que devolverte la confianza.

¡Recibe un fuerte abrazo! 💜

Anna

Publicado en: alimentación, Anna Turón, coaching nutricional, Salud, Salud emocional Etiquetado como: adelgazar, alimentacion saludable, bajar de peso, dieta saludable, dietista, metabolismolento

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