La resistencia a la insulina hace que tu páncreas se vea forzado a bombear más insulina. Tener niveles de insulina altos favorece el almacenamiento de grasa y bloquea su oxidación. Por tanto, ser resistente a la insulina puede estar saboteando tus esfuerzos para adelgazar.
Veamos por qué ocurre y qué podemos hacer al respecto…
Qué es la insulina
Es una hormona segregada por el páncreas que le indica a las células que deben dejar entrar a la glucosa que proviene de los alimentos ingeridos, para convertirla en energía y ser usada como combustible.
Otra función importante de la insulina es regular el almacenamiento de grasa. Cuando la insulina está baja permite al cuerpo sacar la grasa almacenada y usarla como energía. Si la insulina está alta, será debido aun exceso de glucosa que no ha podido usarse como combustible, ni almacenarse en las células musculares y hepáticas, entonces será almacenada como grasa corporal.
Qué es la resistencia a la insulina
Ocurre cuando las células del cuerpo no responden eficazmente a la señal de la insulina, son incapaces de recibir y usar la glucosa, por tanto, se acumula en sangre. Como resultado, el páncreas se verá exigido a segregar mayor cantidad de insulina para lograr forzar esa entrada de la glucosa en las células. Pero la consecuencia nefasta de más insulina es que las células se vuelven más y más resistentes, creándose un círculo vicioso.
Causas de la resistencia a la insulina
Los factores que pueden conducir al desarrollo de resistencia a la insulina son genéticos, hormonales y de estilo de vida:
- Obesidad. El exceso de grasa, en especial alrededor del abdomen, contribuyen a la resistencia a la insulina.
- Falta de actividad física. La falta de actividad física afecta negativamente la sensibilidad frente a la insulina.
- Genética. La predisposición genética desempeña un riesgo sobre el desarrollo de la resistencia a la insulina aunque no es determinante.
- Envejecimiento. Con la pérdida de efectividad de algunos procesos corporales propia de la edad, algunas personas pueden ser más propensas a sufrir resistencia a la insulina.
- Hormonas. Los cambios hormonales, como los asociados a la menopausia, influyen al desarrollo de esta condición.
- Inflamación. Las citoquinas inflamatorias interfieren en la señalización de la insulina.
Comprender y abordar estos factores puede ser crucial para prevenir y tratar la resistencia a la insulina y sus peligrosas consecuencias.
Consecuencias para la salud
A la larga, ser resistente a la insulina puede conducir a desarrollar prediabetes, diabetes tipo 2, SOP, obesidad, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, hipertensión arterial, un mayor riesgo de algunos cánceres, Alzheimer, trastornos de salud mental y otros trastornos crónicos de salud.
Síntomas que te pueden indicar resistencia a la insulina
Hay síntomas a los que podemos, y deberíamos, prestar atención para sospechar que tenemos resistencia a la insulina:
- Aumento de peso
- Aumento grasa abdominal, cintura de más de 100cm en hombres y 90cm en mujeres
- Dificultad para la pérdida de peso
- Hambre y sed constante
- Cansancio
- Piel oscurecida en la axila, ingles o parte posterior y/o lado del cuello
- Verruguitas en cuello y axias
- Micción frecuente
- Sensación de hormigueo en manos o pies
- Infecciones recurrentes
En una analítica de sangre deberíamos fijarnos en los siguientes parámetros y rangos:
- Presión arterial de 130 sobre 80 o superior
- Nivel de glucosa en ayunas de 100mg o superior
- Nivel de glucosa en sangre de 140mg por decilitro o superior después de la prueba de carga de glucosa
- Nivel hemoglobina glucosilada A1c del 5.7% al 6,3%
- Triglicéridos superior a 150mg/dl
- Nivel colesterol de lipoproteínas de alta densidad inferior a 40mg/dl en hombres y 50mg/dl en mujeres
Cómo se diagnostica
Lo que se suele pedir es una prueba hemoglobina glucosilada A1c. Es decir, la prueba para determinar la diabetes que miden la glucosa en sangre en ayunas. El problema es que para cuando esta pruebe muestre valores fuera de rango de normalidad, significará que la resistencia a la insulina lleva mucho tiempo instalada.
Las 2 principales pruebas que se recomiendan son:
- Insulina en ayunas y triglicéridos en ayunas, esta combinación al alza es probable que indique resistencia a la insulina.
- HOMAR_IR para evaluar glucemia e insulina en ayunas.
Si logramos identificar la resistencia a la insulina con prontitud, podemos revertir y prevenir las enfermedades metabólicas y sus perjudiciales consecuencias.
Afecciones relacionadas con la resistencia a la insulina
- Obesidad. Mantiene una relación bidireccional con la resistencia a la insulina
- Diabetes gestacional. Los niveles de azúcar en sangre aumentan durante el embarazo y en ocasiones las células pueden volverse menos sensibles a la insulina.
- Síndrome Metabólico. La resistencia a la insulina contribuye al desarrollo del síndrome metabólico al desencadenar desequilibrios en el metabolismo de la glucosa.
- Prediabetes. Con el tiempo el cuerpo puede perder la capacidad de producir suficiente insulina para compensar la resistencia, lo que contribuye al desarrollo de la prediabetes.
- SOP. El SOP puede aumentar la resistencia a la insulina y la resistencia a la insulina puede exacerbar los síntomas del SOP.
- Hígado graso no alcohólico. Cuando las células son resistentes a la insulina puede aumentar el almacenamiento de grasa en el hígado.
- Enfermedades cardiovasculares. La inflamación, hipertensión arterial, aumento de triglicéridos, entre otros factores, propios de la resistencia a la insulina, aumentan el riesgo de problemas cardiovasculares.
- Resistencia adaptativa a la insulina. Propia de dietas muy bajas en carbohidratos muy prolongadas
- Alzheimer. Las células cerebrales se vuelven resistentes a la insulina y no pueden usar la glucosa eficientemente como combustible dejándolas sin energía.
- Cáncer. Niveles altos de insulina crónicos pueden propician el crecimiento de algunas células cancerosas.
Cómo se trata
El tratamiento de la resistencia a la insulina suele centrarse en cambios en el estilo de vida. Si te han diagnosticado resistencia a la insulina toma nota:
- Alimentación. Combina una dieta baja en carbohidratos, alta en fibras soluble derivada de verduras (en especial de las que crecen por encima de la superficie), alta en grasas saludables (preferiblemente vegetales) y ayuno intermitente (que libera al páncreas de segregar insulina para compensar porque no entra azúcar en el torrente sanguíneo).
- Actividad física. Los músculos queman glucosa para obtener energía, cuanto más te ejercitas más glucosa quemas y a su vez más músculo tienes, lo que aumenta la posibilidad de quemar más energía. Pero el ejercicio no puede contrarrestar una mala dieta, si tu alimentación es alta en azúcares y carbohidratos perderás parte de los beneficios del ejercicio para combatir la resistencia a la insulina. Incorpora ejercicio a tu día, principalmente aquel que desafía tus músculos.
- Sueño. Privarse del sueño eleva los niveles de glucosa como intento de obtener alguna fuente de energía rápida para sobrellevar ese cansancio extra, lo cual ya sabemos que empeora la resistencia a la insulina. Trata los problemas de sueño que tengas adecuadamente.
- Estrés. Ante una situación puntual de estrés aumenta la resistencia a la insulina con la finalidad disponer de más glucosa para hacer frente al desafío momentáneo, cuando la situación de tensión se acaba, la resistencia a la insulina acaba (es una ventaja evolutiva de la que nos beneficiamos). El problema es el estrés crónico y la activación de la resistencia a la insulina sostenida.
Pero curar la resistencia a la insulina no significa que puedas volver al estilo de vida, hábitos y dieta antiguos, porque la resistencia a la insulina volverá. Deberías garantizar una buena sensibilidad a la insulina para toda la vida.
Menopausia y resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina suele ser común durante la menopausia y su desarrollo está interconectado a diversos factores metabólicos y hormonales:
- Disminución de estrógenos. Los estrógenos ayudan a mejorar la eficacia de la insulina en el cuerpo y su disminución puede afectar negativamente esta sensibilidad.
- Cambios en la distribución de la grasa. Una mayor acumulación de grasa en el área abdominal, propia de menopausia, aumenta el riesgo de resistencia a al insulina.
- Envejecimiento. Con la edad la mayoría funciones de nuestro cuerpo pierden eficiencia, también la sensibilidad a la señal de la insulina.
La combinación de estos factores hace que las mujeres menopáusicas sean más propensas a la resistencia a la insulina, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y otros problemas metabólicos. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada y actividad física regular, puede ayudar a manejar estos riesgos.
En cuanto a la alimentación, prioriza una dieta baja en azúcares y carbohidratos refinados, rica en fibra (priorizando verduras y hortalizas y cereales integrales), añadiendo proteína suficiente (tiene un efecto mínimo sobre los niveles de glucosa) y grasas saludables (favorecen una digestión más lenta evitando picos de azúcar en sangre), controlando las porciones y raciones a lo largo del día para mantener niveles de azúcar en sangre estables y tratando de evitar fluctuaciones en tu insulina. Incluye también alimentos probióticos (su consumo mejora la sensibilidad a la insulina).
A parte de la alimentación, recuerda que tu nivel de actividad física y tu peso corporal son también aspectos importantes a tener en cuenta.
Conclusión
La resistencia a la insulina se «cura», bajando los niveles de glucosa e insulina con la dieta, mediante el ejercicio físico que mejora la sensibilidad a la insulina, con un buen manejo del estrés para evitar que el cortisol eleve la glucosa de manera crónica y garantizando un buen descanso nocturno.
Pero curar no significa que puedas volver al estilo de vida, hábitos y dieta antiguos, porque de hacerlo, la resistencia a la insulina volverá. Las intervenciones a corto plazo solo te ayudan en el momento. La sensibilidad a la insulina es un equilibrio que deberías mantener toda la vida, recobrando la flexibilidad metabólica de la que gozan las personas sanas y que les permite aumentar la cantidad de carbohidratos gradual o puntualmente y mantener los niveles de glucemia e insulina más o menos estables para no desencadenar un nuevo ciclo de resistencia a la insulina.
Realizar este proceso de recuperación no es sencillo y te aconsejo que vayas de la mano de un profesional de la salud para que te guíe de manera apropiada. Si sospechas que tienes resistencia a la insulina y quieres diagnosticarla o bien tienes la certeza y quieres empezar a tratarla, es crucial que no pierdas más tiempo y le pongas remedio para evitar consecuencias a largo plazo para tu salud y facilitar la pérdida de peso.
Espero haberte ayudado a despejar dudas y aportado mi granito de arena a tu salud.
Un abrazo 💜